El pasado 17 de agosto recibimos la triste noticia de su fallecimiento. Desde Bitafal lo recordamos con el mismo cariño que el entregó a nosotros desde siempre.

Esta vez no escribe alguien sin nombre o cara, escribo desde un lugar que me ha permitido conocer a Arturo y compartir muchos momentos de mi actividad académica y profesional. Arturo fue mi profesor del curso de “Caminos” de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Montevideo, fue mi mentor y revisor durante los dos años de elaboración del manual de Tratamientos Superficiales de Alto Desempeño, fue jurado en la presentación de mi tesis y además gracias a su carta de recomendación pude estudiar en el extranjero.

Querido Arturo:

Sé que no estarás más con nosotros, pero en esta carta quiero recordarte tal y como te conocí. Te recordaré como una persona de escucha y entrega infinita, tanto como profesor como de mentor, siempre estuviste presente en el diálogo, atento a cada palabra y con la repuesta justa para cada momento. Te recordaré con un temple sereno y con gran voluntad para explicar tu punto de vista, no importaba el tiempo o lo ocupado que estuvieses en ese momento. Tampoco puedo olvidar tu gran sentido del humor y tu risa característica que quedará inmortalizada en el tiempo. Creo que todos reconocemos esa sonrisa.

En nombre de toda la empresa, especialmente Claudio, Diego, Santiago, Mariana y en nombre de los alumnos de tu curso en la UM, quiero enviarte a ti Arturo un caluroso abrazo. Me quedo con la huella permanente que has dejado en mi, me quedo con tu amistad y me quedo con todo lo que me has enseñado. Gracias por cruzarte en mi camino, gracias por formarme, gracias por escucharme y gracias por guiarme. No quiero olvidarme de saludar a tu familia y amigos, y decirles que estén orgullosos de la persona que has sido.

Siempre te recordaré,

Un abrazo a la distancia, donde sea que estés.

Ignacio Kroger