Las imágenes nos impactaron a todos. En pocas horas, la tragedia se apoderó de la comunidad valenciana. La formación de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) generó un volumen de precipitaciones inédito, volcando sobre la zona el equivalente a las lluvias de un año en pocas horas.

El saldo humano es el más terrible; más de 200 personas perdieron la vida. Las pérdidas materiales son incalculables por el momento. Y el daño en la infraestructura vial requerirá acciones muy rápidas para poder reestablecer la circulación en varias zonas, con autopistas cortadas, carreteras y caminos seriamente afectados, y todo un entramado de movilidad colapsado.

El cambio climático es una realidad que afecta cada vez más a la vida cotidiana de poblaciones de diferentes puntos del planeta. Las acciones que se tomen orientadas a la sostenibilidad son claves para poder atenuar su impacto y comenzar a generar una nueva realidad, que sin dudas llevará muchos años en verse reflejada en una recuperación de la calidad ambiental que no hace mucho tiempo teníamos.

¿Y qué tiene para hacer la industria vial en ese sentido? Mucho.

La construcción de infraestructura vial como segmento dentro del sector de la ingeniería civil, viene dando pasos agigantados en la incorporación de técnicas y procedimientos que reducen la afectación ambiental y que pueden ahorrar grandes costos a los gobiernos y al planeta todo.

El reciclaje de asfaltos, un material que puede reutilizarse infinitas veces, la reducción de temperaturas en la aplicación de asfaltos mediante la utilización de mezclas tibias, el uso de asfaltos modificados que estan especialmente diseñados para resistir a temperaturas extremas tanto de frío como de calor, la utilización de emulsiones asfálticas a base de agua y la incorporación de residuos de otras industrias de difícil reciclaje, como el caucho o el vidrio, son sólo algunas de las medidas que se pueden implementar rápidamente para reducir las emisiones de gases efecto invernadero, las temperaturas utilizadas en los procesos de producción y tendido y la afectación de los materiales de cantera.

Las autoridades nacionales, las universidades, los estudiantes y sobre todo los integrantes de la industria, debemos tomar conciencia de que lo que hoy nos duele en Valencia, seguramente será un fenómeno reiterado en otras partes del planeta. Y que la decisión de cambiar, está en nuestras manos.